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Didier Raoult sancionado por el colegio de médicos : buena noticia, pero…

La sanción

El colegio de médicos francés («L’Ordre des Médecins») ha sancionado Didier Raoult : 2 años de suspensión, sin poder ejercer como médico, por haber promovido, sin pruebas, un remedio contra el Covid, la famosa cloroquina.

Inicialmente el colegio de médicos había dictado una amonestación. O sea que hablamos aquí de una sanción más grave. Didier Raoult dice que va a recurrir ante los tribunales.

Recordemos que Didier Raoult ha sido quien promocionó la cloroquina (y luego la hidroxicloroquina) como remedio contra el Covid, anunciando una fin de partida para el virus a finales de febrero de 2020, antes de publicar un controvertido estudio («Gautret and al»).

Muchos denunciaron sus métodos. Pero Didier Raoult, director de un instituto hospitalario universitario (el IHU de Marsella), consiguió obtener un eco mediático sin precedente y gozó del apoyo de toda clase de personalidades, entre otros políticos a nivel local, nacional et incluso internacional (Trump, Bolsonaro, etc.).

Hoy sabemos que todo era un mezcla de bulos y de fraude científico. Y hubo consecuencias.

Pues entonces ¿ debemos considerar cómo una gran noticia esa sanción del colegio de médicos francés ?

Pues. No tanto.

Claro, algo es algo.

Pero para empezar, hablamos de prohibir el ejercicio de su profesión a un jubilado.

Le Point – 3 de octubre 2024

Como lo dice este titular del semanal Le Point : Didier Raoult suspendido (demasiado tarde) por le Colegio de Médicos

Os aconsejo este artículo (con un buen traductor, para quien no entienda francés). He aquí un pasaje :

Por ejemplo, el 30 de octubre de 2020, Olivier Bogillot, entonces presidente de Sanofi France -el laboratorio que fabrica hidroxicloroquina bajo la marca Plaquenil- escribió al entonces ministro de Sanidad, Olivier Véran, para informarle de que estaba recibiendo pedidos masivos del IHU. Le explicó que había recibido numerosos pedidos del departamento del profesor Raoult. Sin embargo, explicó que no había ninguna justificación médica para estas prescripciones masivas. Es comprensible que el laboratorio esté preocupado por ser testigo de una experimentación humana salvaje y peligrosa. No queriendo verse implicado en este asunto, anuncia al Ministro de Sanidad que dejará de suministrar al IHU.

Las advertencias del quinto laboratorio farmacéutico del mundo fueron desoídas por las autoridades francesas. Los experimentos incontrolados con seres humanos continuarán al menos hasta diciembre de 2021, lo que llevará a que unas 30.000 personas sean tratadas con hidroxicloroquina y azitromicina en el IHU. Nada nuevo en Marsella. Otra investigación de Le Point, publicada el 18 de junio de 2023, reveló que Didier Raoult y algunos de sus colegas llevaban treinta años realizando experimentos incontrolados, en particular con personas sin domicilio, un grupo especialmente vulnerable.

Le Point – 3 de octubre 2024

Conviene también examinar los motivos de la condena. En primero, la promoción de un tratamiento sin bases serias.

Pero el colegio de médicos considera que Didier Raoult no le hizo correr peligro grave a los pacientes, ya que, según sus instrucciones, había que someterlos a un electrocardiograma, apartando así a los pacientes con riesgo. La explicación no convence, ya que existen otros riesgos que el corazón y que hablamos de un fármaco que, como todo fármaco, puede tener toda clase de efectos adversos (o mas bien de una combinación de 2 fármacos, ya que Raoult sustituyó la cloroquina por hidroxicloroquina+azitromicina).

Y hay otro problema. Es que Raoult repitió en redes y en medios que la cloroquina (o la hidroxicloroquina ) era la solución, que había que tratar a los pacientes a todo coste, etc. Con eso, toda clase de médicos prescribieron cloroquina o HCQ. Sin tener los medios de control de un hospital. Y no podemos medir exactamente los daños que han resultado.

Otro motivo de la condena ha sido el de los ensayos clínicos ilegales. Y eso puede traer consecuencias interesantes, pese a lo leve que resulta esta sanción.

Los ensayos clínicos

Como lo recordaba el artículo de Le Point, Didier Raoult tiene un historial largo de ensayos clínicos sin control. Por los cuales no ha tenido que asumir ninguna responsabilidad hasta ahora.

El hecho que el colegio de médicos francés reconozca que hubo ensayos ilegales podría cambiar ciertas cosas en el futuro. Lo explica un periodista del semanal L’Express en este artículo : Sanción contra Didier Raoult: ¿poco y tarde?

En primera instancia, el Consejo de disciplina (del colegio de médicos) rechazó este argumento. Lo aceptó en apelación. Reconoce, por tanto, que Didier Raoult realizó efectivamente un ensayo clínico ilegal con cerca de 30.000 pacientes que tomaron hidroxicloroquina entre 2020 y 2021, «el mayor ensayo clínico no controlado de la historia» según 16 sociedades científicas, lo que ha motivado la apertura de un proceso penal contra él. En su veredicto, la sala nacional disciplinaria del colegio confirma que esta investigación clínica «destinada a probar el efecto de la administración de un medicamento fuera de las indicaciones previstas en su autorización de comercialización» no debería haberse llevado a cabo sin el acuerdo previo de las autoridades sanitarias.

Sin embargo, esta decisión no estaba cantada. Existen varias interpretaciones jurídicas posibles del artículo 15, una de las cuales es que no puede invocarse contra un médico que no haya sido condenado por un ensayo clínico ilegal. Sin embargo, el «Conseil de l’Ordre» (Consejo del colegio de médicos) se ha pronunciado en contra. De este modo, ha sentado un sólido precedente en este ámbito. Esta decisión histórica es una advertencia para todos los médicos y futuros médicos. A fin de cuentas, tiene mucho más peso que la prohibición de ejercer durante dos años.

L’Express – 4 de octubre

Y aquí tenemos que hablar del aspecto penal. Y vais a entender porqué os digo que la cosa no está para tirar cohetes. Hablamos de ensayos ilegales.

Que empezaron en el 2020 en el caso de la HCQ y del Covid. Que varias personas llevan denunciando.

¿ Y qué ha hecho la justicia ?

Pues un fiscal decidió de aquella que no veía nada ilegal. Y hay que entender que, sobre todo en la zona de Marsella, han ocurrido varias rarezas con la justicia y otras instituciones.

O sea que en 2020 Raoult realizó ensayos clinícos en los cuales se veía de todo : el número de pacientes implicados cambiaba sin explicaciones, las fechas de las autorizaciones presentan rarezas, se pide una autorización y ante la negativa se dice que no hace falta autorización, se implican niños, etc.

Lo mejor es que le echéis un ojo a este hilo en Twitter.

Ahora toca esperar. Hubo denuncias y la justicia ha vuelto a investigar sobre estos ensayos. Veremos.

Pero mientras tanto, tras la inexplicable decisión del fiscal de archivar el caso en 2020, se ha perdido mucho tiempo.

Amenazas y acoso judicial

Os lo he comentado hace unos meses. Didier Raoult ha utilizado y sigue utilizando la justicia para intentar acallar a sus críticos. Y el instituto hospitalario universitario de Marsella le ha pagado los gastos hasta aquí.

Aunque la justicia no le dé la razón, todo esto le cuesta tiempo y dinero a los acusados. Os había hablado del caso de Guillaume Limousin (conocido como «Sonic Urticant» en Twitter y cuya cuenta os recomiendo).

Y viene de haber otro caso. El de un bloguero y científico, Samuel Alexander, que había contribuido a denunciar las malas prácticas de Didier Raoult. Este le exigía 30’000.- €. Y el día del juicio, Didier Raoult no se presentó, explicando que renunciaba. Queda por saber si le van condenar a pagarle una indemnización a Samuel Alexander. Y este podría ser uno de los motivos de la renuncia de Raoult, ya que el IHU no pagaría esos gastos.

Este artículo de Le Point os da un resumen del caso : Ante el tribunal, Didier Raoult da marcha atrás al último minuto.

Y también tenemos aquí otro ejemplo de las rarezas que van apareciendo cuando se trata de Raoult :

Sin embargo, para registrar esta denuncia, los tribunales exigen un depósito, es decir, una cantidad de dinero que deben pagar los demandantes, con el fin de limitar el riesgo de procedimientos abusivos. En aquel momento, se pidió a los profesores Raoult y Chabrière (el brazo derecho de Raoult) que pagaran 3.000 euros cada uno y a la IHU 6.000 euros.

Éric Chabrière nunca pagó este depósito. Por lo tanto, quedó automáticamente excluido del procedimiento. El IHU y Didier Raoult pagaron, pero fuera del plazo fijado por el juez. «Sin embargo, según la ley y la jurisprudencia, el retraso en el pago equivale al impago. De hecho, la acción debería haberse interrumpido en esa fecha. Pero se mantuvo», explica Mokhtar Abdennouri (el abogado de Samuel Alexander)…

Le Point – 6 de septiembre 2024

O sea que el caso nunca hubiera tenido que salir adelante. Pero salió.

Samuel Alexander aprovechó para publicar un largo historial del caso, explicando los fraudes en los estudios, las amenazas y los insultos a los críticos y el acoso judicial : Libertad, Igualdad, Fraternidad – sólo para Raoult y la élites francesas.

Hay una versión en inglés de este muy interesante artículo publicado en el blog de Leonid Schneider «For Better Science» (blog dedicado a la lucha contra el fraude científico). Artículo muy interesante, insisto. Os doy un ejemplo :

Pero los tribunales franceses a veces toman decisiones extrañas. Conocí a Magali Carcopino, la hija de Didier Raoult, y accedió a ayudarme a escribir un artículo sobre Para una ciencia mejor. Más tarde, acusó a Eric Chabrière (brazo derecho de Didier Raoult), del que Times Higher Education ya había informado que «acosaba libremente a los críticos de HCQ», de acosarla en línea con una cuenta anónima llamada «Le Profesionel» («El Profesional»). Tras demostrar al tribunal que el número de teléfono utilizado para crear esta cuenta era efectivamente el de Chabrière, el juez dictaminó que, dado que el número de teléfono de Chabrière también estaba en un pdf público en un subdominio del sitio web de IHU, cualquiera podría haber utilizado ese número para crear esta cuenta, y que esto no era prueba de que el propio Chabrière lo hubiera hecho (léase también los billetes de enero de 2021 y mayo de 2023). Evidentemente, el hecho de recibir un código de confirmación en el teléfono para registrar una cuenta en Twitter no se tuvo realmente en cuenta. Al final, Magali fue condenada a indemnizar a Chabrière con 2.000 euros (y su marido, que también era el demandante, tuvo que pagar también 2.000 euros).

Recherche Indépendante – 23 de septiembre 2024

Otra rareza…

Sobre el que fuera el brazo derecho de Raoult, Éric Chabrière, hay mucho que decir. Varias personas lo acusan de acoso. Últimamente lo han juzgado por haber insultado y amenazado a un gendarme… que lo estaba convocando tras una denuncia por acoso. La decisión está por caer.

Os comentaba que, durante el juicio a Guillaume Limousin, Éric Chabrière estaba en la sala del tribunal armando bronca e, incluso, insultando abiertamente a Dominique Costagliola, testigo de la defensa. Sin que el tribunal le sancione para nada.

Y ya que menciono a la ciéntifica Dominique Costagliola, os recuerdo otra rareza más : la justicia lanzó contra ella una investigación (la gendarmería llegó a investigar su domicilio) por haber, por sus declaraciones, «obstaculizado el uso de la ivermectina contra el covid,» tras una denuncia de una asociación de conspiranoicos…

Incluso llegó a existir en Twitter un grupo secreto que se autodenominó «el Grupo CIA», que se dedicaba a coordinar olas de acoso en contra de los críticos de Raoult. Un conspiranoico arrepentido, que estaba en el grupo, denunció el caso. Lo llevaron a los tribunales para acallarlo y ganó : consiguió demostrar la existencia de dicho grupo. Que incluía a empleados del IHU de Marsella, entre los cuales esta Éric Chabrière y el encargado de la comunicación de Raoult. Hasta ahora no hubo ninguna sanción por estos acontecimientos.

Para concluir – los estudios científicos

Se me está poniendo el artículo muy largo. Demasiado. Habría todavía muchos temas que comentar.

Las rarezas en los estatutos del IHU de Marsella, oficialmente una entidad privada, pero financiada con dinero público, y con muy poco control.

El hecho de que el succesor de Raoult como director del IHU de Marsella estuvo implicado en varias de sus chapuzas.

Los apoyos políticos de Raoult. El presidente Macron fuera a visitarle cuando ya se sabía que contaba burradas como casas; y Brigitte Macron le hablaba por teléfono. Varios miembros destacados de la oposición lo alababan : Jean-Luc Mélenchon (dirigente de LFI, el principal partido de izquierda), Jordan Bardella (presidente del «Rassemblement National» de Marine Le Pen), etc. El nuevo ministro de I+D era un hincha de Didier Raoult.

Y recordemos que en 2018 la ministra de sanidad y la ministra de I+D exigieron un procedimiento disciplinario contra Raoult, por sus malas prácticas. La carta de las ministras se perdió y nunca nadie supo nada del procedimiento ese.

Es que lo de Didier Raoult no comenzó con el Covid. Os pongo aquí un artículo de Le Point, en inglés : Didier Raoult : 30 years of unregulated experiments on human

Y son también años publicando artículos científicos dudosos. En 2006 ya, varias revistas científicas lo habían excluido durante 1 año, tras una publicación fraudulenta.

Su primer ensayo sobre cloroquina y covid (bueno, sobre HCQ y covid), Gautret and al, ha tenido un eco mundial. Y desde el comienzo se veía que era una gigantesca chapuza. Revisado en menos de 24 horas. Aparecen y desaparecen pacientes. Los grupos (tratados y no tratados con HCQ) no son comparables. Etc. Pero el artículo sigue ahí, sin retractar.

El eco mundial de aquel estudio sobre cloroquina hizo que varias personas se interesen a otras publicaciones de Didier Raoult. Y aparecieron más chapuzas. Muchas más. Y se va acumulando retractaciones. A veces por que los estudios carecían de las debidas autorizaciones. Otras veces porque había imágenes trucadas. O datos imposibles.

Ya van 21 retractaciones.

Y va a haber más.

Esas retractaciones son buenas noticias. Pero hay que pensar que durante años y años pudo hacer lo que quiso. Y que no estaba sólo… Y, lo repito, el grupo Elsevier, por ahora, no ha hecho nada para retractar el artículo «Gautret and al» (publicado en una revista del grupo Elsevier dirigida por un amigo de Raoult).

Voy a concluir con unas palabras de Elisabeth Bik. Ya os he hablado de esta científica implicada en promover la integridad científica.

Se trata de un documental de la televisión suiza sobre fraude científico (por cierto, si entendéis algo de francés, no os perdáis este documental). Elisabeth Bik comenta lo que ocurrió cuando, por primera vez examinó un artículo de Raoult (el famoso «Gautret and al» sobre HCQ) y que empezó a recibir insultos y amenazas.

RTS – 2 de octubre 2024

Intento ser educada. No acuso a nadie. Sólo señalo los problemas que veo.
Pero si empieza a insultarme, no le insultaré. Seguiré siendo educada. Sin embargo, debe saber que luego examinaré otras de sus publicaciones.


Y no se lo esperaban.

Repito aquí mi admiración y mi reconocimiento a quienes llevan más de cuatro años luchando contra la desinformación y el fraude. Y lamento, una vez más, que estas personas, que llevan a cabo el labor que le corresponde a las instituciones (políticos, hospitales, universidades, etc.) no reciban más apoyo ante las amenazas y los insultos.

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Cloroquina, ciencia y tribunales

Scientists rally around misconduct consultant facing legal threat after challenging COVID-19 drug researcher

«Science», 27 mayo 2021

Quizás habéis visto alguno de esos titulares. La prensa internacional se había hecho el eco del caso : Didier Raoult y su brazo derecho, Éric Chabrière, demandaban a Elisabeth Bik, una científica holandesa que se dedicó a combatir el fraude científico.

Hubo unos cuantos titulares en español.

Una microbióloga de ojos agudos que desmonta el fraude científico

Salud con Lupa, 16 de agosto 2021

Comunidad científica internacional en alerta por demanda contra experta en fraudes investigativos

Interferencia, 31 de mayo 2021

Pero muchas otras personas han sido el blanco de las amenazas judiciales o de las denuncias por parte de Didier Raoult. Y hay que entender que ese acoso judicial contra las voces críticas viene siendo financiado por el IHU de Marsella (el instituto hospitalario universitario «Méditerranée Infection»). Y todo viene acompañado de una campaña de odio en las redes sociales.

Por ahora, Elisabeth Bik todavía no ha recibido oficialmente una denuncia judicial. Hubo los anuncios de Didier Raoult y de Éric Chabrière.

La acusan de acoso, y tentativa de chantaje y extorsión. Sí.

Chantaje y extorsión.

¿ Por qué ?

Por este intercambio en Twitter :

Eric Chabrière dejo a entender que a Elisabeth Bik le pagaban las farmacéuticas. Y ella, con cierto humor, le contestó que si quería, podía apoyarla contribuyendo a su Patreon… Con eso se justificó la acusación de chantaje y extorsión…

También hubo un comunicado del IHU de Marsella meses más tarde, anunciando una querella contra Elisabeth Bik y Boris Barbour (un científico francés que dirige la plataforma PubPeer). O sea que no hablamos solamente de una demanda por parte de Raoult y de su brazo derecho, sino también por parte del instituto hospitalario universitario. El comunicado ha sido retirado de la web del IHU y no sé si la cosa sigue adelante.

Mientras tanto, Elisabeth Bik y Boris Barbour están a la espera de lo que pueda ocurrir.

Otro caso ahora. Pero que este sí ha llegado a los tribunales.

Os comenté en otro artículo de blog como una científica francesa, Dominique Costagliola, se presentó de testigo en un juicio en Marsella entre Raoult y uno de sus críticos.

Se trata aquí de Guillaume Limousin, profesor de matemáticas en un colegio francés, que se dedicó a luchar contra la desinformación en Twitter, bajo el apodo de «Sonic

Raoult le acusa de difamación y acoso. Y el IHU paga los gastos del juicio.

Os recomiendo leer este hilo, y en particular esto :

Lean las páginas 42 y 43 de este informe oficial sobre el IHU de Marsella… Antes de jubilarse, Raoult obtuvo que el IHU se comprometa a pagarle los gastos debidos a las demandas que lanzaba par acallar a sus críticos. Por un presupuesto de € 95’400.-.

(Por cierto, si queréis darle una mano a «Sonic» para asumir sus gastos judiciales, podéis hacerlo aquí. A él, ninguna institución le ayuda).

El juicio de «Sonic» tuvo lugar este 1 de marzo en Marsella. Los hinchas de Raoult (entre ellos Éric Chabrière) se mofaron y echaron insultos dentro del tribunal mismo. Luego hubo una campaña de insultos y acoso en las redes. Incluso se divulgó la dirección privada del abogado de Sonic. Se espera la decisión para el mes de mayo.

Y son muchos más los que le han servido de blanco a Raoult.

¿ Conocéis al blog «For Better Science» y a su autor, Leonid Schneider ?

En marzo del 2021, Leonid Schneider, un periodista científico que se dedica a denunciar el fraude científico, le dedicó un artículo en su blog a Didier Raoul.

For Better Science – Didier Raoult fraud: “Je ne regrette rien”

El artículo ha sido traducido al francés en el blog de Alexander Samuel, un biólogo que en los primeros meses de la pandemia ya había puesto en evidencia problemas graves en los estudios de Raoult sobre la cloroquina (problemas que no podían resultar de simples errores…).

Recherche Indépendante : La fraude de Didier Raoult : « Je ne regrette rien »

Pues Didier Raoul decidó atacar a los dos, Alexander Samuel y Leonid Schneider. En octubre la prensa reveló que el IHU se retiraba de este caso. Pero la demanda de Raoult sigue adelante, y no sé si sus gastos siguen asumidos o no por el IHU.

No voy a nombrar a todos los casos conocidos. Y además, no sé cuantos casos habrá de los cuales no ha hablado la prensa.

Os voy justo citar otro : Patrick Bouet, presidente del colegio de médicos de Francia («Ordre National des Médecins»).

El colegio de médicos denunció a Didier Raoul y a otros médicos por haber promovido remedios dudosos durante la pandemia de Covid. Y la respuesta de Raoult ha sido denunciar al presidente de la organización.

Voy concluir insistiendo en dos aspectos.

El primero, es que eso del recurrir a tribunales para hacer callar a las voces críticas, es bastante común, desgraciadamente. En temas de salud, en España, hubo varios casos de juicios contra quienes critican las pseudoterapias, como nos lo recuerda este artículo :

El Diario : Comunicadores y asociaciones denuncian el hostigamiento judicial de los pseudoterapeutas para acallar sus críticas

Pero que sea un instituto universitario que financie tales demandas, eso, ya es más peculiar.

El segundo aspecto en el cual hay que insistir es que ya no hay ninguna duda de que lo de la cloroquina contra el covid ha sido charlatanismo y de que Raoult llevó a cabo varios estudios fraudulentos, y no sólo en el tema del Covid. Y todo eso ha sido posible por la pasividad, sino la complicidad, de las autoridades competentes.

Unos individuos, varios de ellos trabajando en su tiempo libre, han denunciado los fraudes. Esos individuos no sólo no pudieron contar con el apoyo de las autoridades, sino que sufrieron acoso en las redes, amenazas, etc.

Y, ciertos casos, sufrieron y siguen sufriendo hostigamiento judicial. Pagado por un instituto hospitalario universitario.

«Science» dedicó últimamente un artículo a algunos de estos individuos que contribuyeron a desvelar esos fraudes y esas mentiras.

Science : Failure at every level’: How science sleuths exposed massive ethics violations at a famed French institute

Actualmente se está llevando a cabo una investigación penal sobre el instituto de Raoult. Pero sus detractores se preguntan por qué las instituciones francesas han tardado tanto en abordar las violaciones sistémicas del IHU, dejando que un persistente grupo de personas ajenas a la institución investigue el instituto y presione para que se tomen medidas punitivas. Y se preguntan si Raoult y el instituto tendrán que rendir cuentas por el amplio abanico de irregularidades que han denunciado. «Es un gran lío», dice Lacombe.

(Karine Lacombe, una médica que también tuvo que verse en los tribunales con Raoult…)

Según Frank y sus colaboradores, muchos de los trabajos se referían a niños y casi la mitad de ellos se habían llevado a cabo fuera de Francia, principalmente en varios países africanos, sin que los organismos éticos locales hubieran dado su aprobación a la investigación, o con detalles poco claros al respecto. «Ha habido tantas infracciones de la ley de ética durante tanto tiempo», afirma Frank, que publicó las conclusiones del grupo en Research Integrity and Peer Review en agosto de 2023.

Y varios de estos individuos han tenido que defenderse ante la justicia o deberán hacerlo.

Por haber asumido el trabajo que las instituciones competentes no asumieron.

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Investigada por haber obstaculizado la aprobación de la ivermectina…

Imagine que, un día, a las seis de la mañana, se presente la Guardia Civil en su casa para llevar a cabo un registro. Y se entera que le está investigando la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal).

¿ Y por qué ?

Porque se le acusa de tráfico de influencia por haber obstaculizado el uso de la ivermectina contra el Covid.

Y eso tras una denuncia de uno de esos colectivos tipo «Médicos por la Verdad» que se dedican a difundir relatos conspiracionistas en las redes.

Imagine los guardias civiles mandados por la UDEF registrando su ordenador. Y todo por una denuncia, sin ninguna base seria, de una pandilla de conspiranoicos, basado en «pruebas» de esas que circulan por Twitter o ciertos canales Telegram.

¿ Absurdo ? Pues eso le ha ocurrido a una prestigiosa investigadora francesa, Dominique Costagliola.

Nos le cuenta L’Express, un semanal francés :

Dominique Costagliola perquisitionnée par le PNF : le récit d’une folle affaire

(«La Fiscalía Nacional Financiera francesa (PNF) investiga a Dominique Costagliola : el relato de un asunto de locos»

Dominique Costagliola es una epidemióloga bastante conocida en Francia. Se ha implicado mucho en informar al público sobre la pandemia de Covid. Lo que implicó luchar contra ciertos bulos y eso provocó la hostilidad de quienes difunden dichos bulos.

Esta científica se convirtió así en le blanco de toda clase de conspiranoicos y del entorno de Didier Raoult. Sufrió muchos insultos y amenazas (incluso amenazas de muerte).

Entre otros, la han atacado duramente por el rollo de la Ivermectina.

El 2 de diciembre de 2021, a las 6 de la mañana, la gendarmería francesa, mandada por el «PNF» («Parquet national Financier», o sea «Fiscalía Nacional Financiera»), se presenta en su casa y le registran el contenido de su ordenador.

Resulta que había sido denunciada por la asociación «Bon Sens» («Sentido común» o «Buen sentido»), que le acusaba de tráfico de influencia para obstaculizar la aprobación de urgencia de la Ivermectina como remedio contra el Covid.

No sé si es preciso que recuerde aquí el rollo ese de la Ivermectina y del Covid. Por si acaso, comparto un link (pero se encuentra mucha más documentación) :

Ivermectina: cómo la falsa ciencia inventó un fármaco «milagroso» contra la covid-19

¿ Y qué es «Bon Sens» ? Pues una asociación montada por conocidos conspiracionistas y charlatanes franceses. Voy a nombrar tres de ellos.

Xavier Azalbert es conocido por ser el dueño de la principal web de desinformación francesa, France Soir. El nombre de Azalbert os sonará a algo si habéis oído hablar de ese documental conspiranoico «The Big Reset«. France Soir (una web de desinformación montada tras la quiebra de un periódico prestigioso que llevaba ese nombre) se dedica a difundir toda clase de desinformación y a acosar a científicos y periodistas.

Si entendéis francés, os pongo aquí un artículo que describe los métodos de Xavier Azalbert. En este caso se trata de acallar una web dedicada a luchar contra los bulos («Fact and Furious»), a base de amenazas y de chantaje :

Derrière l’«affaire Fact & Furious», les dérives et les coups tordus de la sphère complotiste française

No está relacionado directamente con nuestro asunto, pero os dará una idea de quién es Azalbert y de qué métodos usa (o sea, juego sucio de lo peor). Y también os dará una idea de lo que le puede ocurrir en Francia a quienes luchan contra la desinformación…

Christian Perronne

Otro miembro de «Bon Sens» es Christian Perronne. Un médico francés. Estuvo el año pasado en España en una charla organizada par Josep Pámies y su organización, Dulce Revolución.

Christian Perronne también aparece en el documenal «The Big Reset». Lo había comentado en Twitter.

Ya era conocido antes por sus declaraciones poco convencionales sobre la enfermedad de Lyme, pero con la pandemia parece que se le fue la olla del todo.

Christian Perronne estuvo en todos los bulos o casi : que lo del coronavirus no era para tanto, que la cloroquina iba a arreglarlo todo, que no había segunda ola, que las vacunas eran peligrosas, etc.

Tweet de Silvano Trotta

El tercero que os quiero presentar es Silvano Trotta. Es un hombre de negocios que se dedica desde años a compartir toda clase de teorías conspiranoicas, de lo más cutre (tipo de que la Luna es un satélite artificial de fabricación extra-terrestre). Y claro, con el covid se lanzó a tope.

O sea que veis más o menos que clase de tropa compone esta asociación «Bon Sens»…

Esta gente llevaron incluso a Bill Gates a juicio, por haberse mofado de los complotistas. Claro, perdieron y no consiguieron nada ante los tribunales…

…Salvo que mientras tanto, France Soir, la web de desinformación de Xavier Azalbert, podía publicar más y más artículos sobre el tema. Así como la asociación Bon Sens multiplicaba los comunicados…

…Lo que les traía publicidad y así recaudaban más fondos de sus donantes.

E hicieron lo mismo con Dominique Costagliola. Multiplicaron los artículos sobre el tema de la Ivermectina y de su supuesto tráfico de influencia.

Pero lo más increíble es que alguien, en el seno del sistema judicial francés, se tomó la cosa en serio al punto de mandarle los gendarmes a su casa.

La justicia archivó la denuncia, sin ni siquiera interrogar a la investigadora, pero tardó meses en informarla.

Mientras tanto, siguen las declaraciones de Xavier Azalbert y sus amigos sobre el supuesto tráfico de influencia. Y lo hizo últimamente en circunstancias peculiares : el día en que Dominique Costagliola iba de testigo a un juicio entre Didier Raoult y uno de sus críticos.

Os dejo aquí el final del artículo de L’Express, que será lo más sencillo :

De hecho, el sitio ha vuelto a publicar en su cuenta X (ex-Twitter), uno de sus artículos acusando a Dominique Costagliola de tráfico de influencias, el viernes 1ᵉʳ de marzo de 2024. Ese día, el bioestadístico comparecía como testigo en el juicio entre el ex director del IHU de Marsella, Didier Raoult, y Guillaume Limousin, un profesor de matemáticas que lleva denunciando los excesos del microbiólogo desde el inicio de la pandemia.

Además del tuit de FranceSoir, el investigador también fue blanco de las críticas de personas que habían acudido a apoyar a Didier Raoult. En pleno juicio, algunos no dudaron en lanzarle insultos y vulgaridades. Eric Chabrière, por ejemplo, gritó desde el público: «¿Vas a rodar pronto un película con Marc Dutroux (un sádico conocido por haber violado y asesinado varias niñas) ?” Al ser interrogado por el juez, se justificó diciendo que «detrás de él había gente que decía cosas aún peores», según Christian Peltier, abogado de Guillaume Limousin. No fue suficiente para desestabilizar a Dominique Costagliola, que no obstante prestó declaración. Es un recordatorio de que la lucha contra la desinformación médica es agotadora y violenta, y requiere paciencia tanto como valor.

Dominique Costagliola perquisitionnée par le PNF : le récit d’une folle affaire

Para quienes no lo entiendan, Eric Chabrière era el brazo derecho de Didier Raoult en el seno del IHU de Marsella. Un profesor de nivel universitario. Y, desde el inicio de la pandemia, en Twitter, se dedica a insultar y acosar periodistas, científicos, médicos y toda persona que ponga en duda las teorías de Didier Raoult. Y Dominique Costagliola ha sido uno de sus blancos.

Así está el ambiente.

Y recordemos que el IHU de Marsella le sigue pagando a Didier Raoult los gastos de procedimiento por las denuncias que lanzó contra quienes pusieron en evidencia sus chapuzas. Este juicio es sólo uno de ellos.

Pero esto es otro tema, que se merece un artículo par sí solo.