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Cloroquina, ciencia y tribunales

Scientists rally around misconduct consultant facing legal threat after challenging COVID-19 drug researcher

«Science», 27 mayo 2021

Quizás habéis visto alguno de esos titulares. La prensa internacional se había hecho el eco del caso : Didier Raoult y su brazo derecho, Éric Chabrière, demandaban a Elisabeth Bik, una científica holandesa que se dedicó a combatir el fraude científico.

Hubo unos cuantos titulares en español.

Una microbióloga de ojos agudos que desmonta el fraude científico

Salud con Lupa, 16 de agosto 2021

Comunidad científica internacional en alerta por demanda contra experta en fraudes investigativos

Interferencia, 31 de mayo 2021

Pero muchas otras personas han sido el blanco de las amenazas judiciales o de las denuncias por parte de Didier Raoult. Y hay que entender que ese acoso judicial contra las voces críticas viene siendo financiado por el IHU de Marsella (el instituto hospitalario universitario «Méditerranée Infection»). Y todo viene acompañado de una campaña de odio en las redes sociales.

Por ahora, Elisabeth Bik todavía no ha recibido oficialmente una denuncia judicial. Hubo los anuncios de Didier Raoult y de Éric Chabrière.

La acusan de acoso, y tentativa de chantaje y extorsión. Sí.

Chantaje y extorsión.

¿ Por qué ?

Por este intercambio en Twitter :

Eric Chabrière dejo a entender que a Elisabeth Bik le pagaban las farmacéuticas. Y ella, con cierto humor, le contestó que si quería, podía apoyarla contribuyendo a su Patreon… Con eso se justificó la acusación de chantaje y extorsión…

También hubo un comunicado del IHU de Marsella meses más tarde, anunciando una querella contra Elisabeth Bik y Boris Barbour (un científico francés que dirige la plataforma PubPeer). O sea que no hablamos solamente de una demanda por parte de Raoult y de su brazo derecho, sino también por parte del instituto hospitalario universitario. El comunicado ha sido retirado de la web del IHU y no sé si la cosa sigue adelante.

Mientras tanto, Elisabeth Bik y Boris Barbour están a la espera de lo que pueda ocurrir.

Otro caso ahora. Pero que este sí ha llegado a los tribunales.

Os comenté en otro artículo de blog como una científica francesa, Dominique Costagliola, se presentó de testigo en un juicio en Marsella entre Raoult y uno de sus críticos.

Se trata aquí de Guillaume Limousin, profesor de matemáticas en un colegio francés, que se dedicó a luchar contra la desinformación en Twitter, bajo el apodo de «Sonic

Raoult le acusa de difamación y acoso. Y el IHU paga los gastos del juicio.

Os recomiendo leer este hilo, y en particular esto :

Lean las páginas 42 y 43 de este informe oficial sobre el IHU de Marsella… Antes de jubilarse, Raoult obtuvo que el IHU se comprometa a pagarle los gastos debidos a las demandas que lanzaba par acallar a sus críticos. Por un presupuesto de € 95’400.-.

(Por cierto, si queréis darle una mano a «Sonic» para asumir sus gastos judiciales, podéis hacerlo aquí. A él, ninguna institución le ayuda).

El juicio de «Sonic» tuvo lugar este 1 de marzo en Marsella. Los hinchas de Raoult (entre ellos Éric Chabrière) se mofaron y echaron insultos dentro del tribunal mismo. Luego hubo una campaña de insultos y acoso en las redes. Incluso se divulgó la dirección privada del abogado de Sonic. Se espera la decisión para el mes de mayo.

Y son muchos más los que le han servido de blanco a Raoult.

¿ Conocéis al blog «For Better Science» y a su autor, Leonid Schneider ?

En marzo del 2021, Leonid Schneider, un periodista científico que se dedica a denunciar el fraude científico, le dedicó un artículo en su blog a Didier Raoul.

For Better Science – Didier Raoult fraud: “Je ne regrette rien”

El artículo ha sido traducido al francés en el blog de Alexander Samuel, un biólogo que en los primeros meses de la pandemia ya había puesto en evidencia problemas graves en los estudios de Raoult sobre la cloroquina (problemas que no podían resultar de simples errores…).

Recherche Indépendante : La fraude de Didier Raoult : « Je ne regrette rien »

Pues Didier Raoul decidó atacar a los dos, Alexander Samuel y Leonid Schneider. En octubre la prensa reveló que el IHU se retiraba de este caso. Pero la demanda de Raoult sigue adelante, y no sé si sus gastos siguen asumidos o no por el IHU.

No voy a nombrar a todos los casos conocidos. Y además, no sé cuantos casos habrá de los cuales no ha hablado la prensa.

Os voy justo citar otro : Patrick Bouet, presidente del colegio de médicos de Francia («Ordre National des Médecins»).

El colegio de médicos denunció a Didier Raoul y a otros médicos por haber promovido remedios dudosos durante la pandemia de Covid. Y la respuesta de Raoult ha sido denunciar al presidente de la organización.

Voy concluir insistiendo en dos aspectos.

El primero, es que eso del recurrir a tribunales para hacer callar a las voces críticas, es bastante común, desgraciadamente. En temas de salud, en España, hubo varios casos de juicios contra quienes critican las pseudoterapias, como nos lo recuerda este artículo :

El Diario : Comunicadores y asociaciones denuncian el hostigamiento judicial de los pseudoterapeutas para acallar sus críticas

Pero que sea un instituto universitario que financie tales demandas, eso, ya es más peculiar.

El segundo aspecto en el cual hay que insistir es que ya no hay ninguna duda de que lo de la cloroquina contra el covid ha sido charlatanismo y de que Raoult llevó a cabo varios estudios fraudulentos, y no sólo en el tema del Covid. Y todo eso ha sido posible por la pasividad, sino la complicidad, de las autoridades competentes.

Unos individuos, varios de ellos trabajando en su tiempo libre, han denunciado los fraudes. Esos individuos no sólo no pudieron contar con el apoyo de las autoridades, sino que sufrieron acoso en las redes, amenazas, etc.

Y, ciertos casos, sufrieron y siguen sufriendo hostigamiento judicial. Pagado por un instituto hospitalario universitario.

«Science» dedicó últimamente un artículo a algunos de estos individuos que contribuyeron a desvelar esos fraudes y esas mentiras.

Science : Failure at every level’: How science sleuths exposed massive ethics violations at a famed French institute

Actualmente se está llevando a cabo una investigación penal sobre el instituto de Raoult. Pero sus detractores se preguntan por qué las instituciones francesas han tardado tanto en abordar las violaciones sistémicas del IHU, dejando que un persistente grupo de personas ajenas a la institución investigue el instituto y presione para que se tomen medidas punitivas. Y se preguntan si Raoult y el instituto tendrán que rendir cuentas por el amplio abanico de irregularidades que han denunciado. «Es un gran lío», dice Lacombe.

(Karine Lacombe, una médica que también tuvo que verse en los tribunales con Raoult…)

Según Frank y sus colaboradores, muchos de los trabajos se referían a niños y casi la mitad de ellos se habían llevado a cabo fuera de Francia, principalmente en varios países africanos, sin que los organismos éticos locales hubieran dado su aprobación a la investigación, o con detalles poco claros al respecto. «Ha habido tantas infracciones de la ley de ética durante tanto tiempo», afirma Frank, que publicó las conclusiones del grupo en Research Integrity and Peer Review en agosto de 2023.

Y varios de estos individuos han tenido que defenderse ante la justicia o deberán hacerlo.

Por haber asumido el trabajo que las instituciones competentes no asumieron.

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Investigada por haber obstaculizado la aprobación de la ivermectina…

Imagine que, un día, a las seis de la mañana, se presente la Guardia Civil en su casa para llevar a cabo un registro. Y se entera que le está investigando la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal).

¿ Y por qué ?

Porque se le acusa de tráfico de influencia por haber obstaculizado el uso de la ivermectina contra el Covid.

Y eso tras una denuncia de uno de esos colectivos tipo «Médicos por la Verdad» que se dedican a difundir relatos conspiracionistas en las redes.

Imagine los guardias civiles mandados por la UDEF registrando su ordenador. Y todo por una denuncia, sin ninguna base seria, de una pandilla de conspiranoicos, basado en «pruebas» de esas que circulan por Twitter o ciertos canales Telegram.

¿ Absurdo ? Pues eso le ha ocurrido a una prestigiosa investigadora francesa, Dominique Costagliola.

Nos le cuenta L’Express, un semanal francés :

Dominique Costagliola perquisitionnée par le PNF : le récit d’une folle affaire

(«La Fiscalía Nacional Financiera francesa (PNF) investiga a Dominique Costagliola : el relato de un asunto de locos»

Dominique Costagliola es una epidemióloga bastante conocida en Francia. Se ha implicado mucho en informar al público sobre la pandemia de Covid. Lo que implicó luchar contra ciertos bulos y eso provocó la hostilidad de quienes difunden dichos bulos.

Esta científica se convirtió así en le blanco de toda clase de conspiranoicos y del entorno de Didier Raoult. Sufrió muchos insultos y amenazas (incluso amenazas de muerte).

Entre otros, la han atacado duramente por el rollo de la Ivermectina.

El 2 de diciembre de 2021, a las 6 de la mañana, la gendarmería francesa, mandada por el «PNF» («Parquet national Financier», o sea «Fiscalía Nacional Financiera»), se presenta en su casa y le registran el contenido de su ordenador.

Resulta que había sido denunciada por la asociación «Bon Sens» («Sentido común» o «Buen sentido»), que le acusaba de tráfico de influencia para obstaculizar la aprobación de urgencia de la Ivermectina como remedio contra el Covid.

No sé si es preciso que recuerde aquí el rollo ese de la Ivermectina y del Covid. Por si acaso, comparto un link (pero se encuentra mucha más documentación) :

Ivermectina: cómo la falsa ciencia inventó un fármaco «milagroso» contra la covid-19

¿ Y qué es «Bon Sens» ? Pues una asociación montada por conocidos conspiracionistas y charlatanes franceses. Voy a nombrar tres de ellos.

Xavier Azalbert es conocido por ser el dueño de la principal web de desinformación francesa, France Soir. El nombre de Azalbert os sonará a algo si habéis oído hablar de ese documental conspiranoico «The Big Reset«. France Soir (una web de desinformación montada tras la quiebra de un periódico prestigioso que llevaba ese nombre) se dedica a difundir toda clase de desinformación y a acosar a científicos y periodistas.

Si entendéis francés, os pongo aquí un artículo que describe los métodos de Xavier Azalbert. En este caso se trata de acallar una web dedicada a luchar contra los bulos («Fact and Furious»), a base de amenazas y de chantaje :

Derrière l’«affaire Fact & Furious», les dérives et les coups tordus de la sphère complotiste française

No está relacionado directamente con nuestro asunto, pero os dará una idea de quién es Azalbert y de qué métodos usa (o sea, juego sucio de lo peor). Y también os dará una idea de lo que le puede ocurrir en Francia a quienes luchan contra la desinformación…

Christian Perronne

Otro miembro de «Bon Sens» es Christian Perronne. Un médico francés. Estuvo el año pasado en España en una charla organizada par Josep Pámies y su organización, Dulce Revolución.

Christian Perronne también aparece en el documenal «The Big Reset». Lo había comentado en Twitter.

Ya era conocido antes por sus declaraciones poco convencionales sobre la enfermedad de Lyme, pero con la pandemia parece que se le fue la olla del todo.

Christian Perronne estuvo en todos los bulos o casi : que lo del coronavirus no era para tanto, que la cloroquina iba a arreglarlo todo, que no había segunda ola, que las vacunas eran peligrosas, etc.

Tweet de Silvano Trotta

El tercero que os quiero presentar es Silvano Trotta. Es un hombre de negocios que se dedica desde años a compartir toda clase de teorías conspiranoicas, de lo más cutre (tipo de que la Luna es un satélite artificial de fabricación extra-terrestre). Y claro, con el covid se lanzó a tope.

O sea que veis más o menos que clase de tropa compone esta asociación «Bon Sens»…

Esta gente llevaron incluso a Bill Gates a juicio, por haberse mofado de los complotistas. Claro, perdieron y no consiguieron nada ante los tribunales…

…Salvo que mientras tanto, France Soir, la web de desinformación de Xavier Azalbert, podía publicar más y más artículos sobre el tema. Así como la asociación Bon Sens multiplicaba los comunicados…

…Lo que les traía publicidad y así recaudaban más fondos de sus donantes.

E hicieron lo mismo con Dominique Costagliola. Multiplicaron los artículos sobre el tema de la Ivermectina y de su supuesto tráfico de influencia.

Pero lo más increíble es que alguien, en el seno del sistema judicial francés, se tomó la cosa en serio al punto de mandarle los gendarmes a su casa.

La justicia archivó la denuncia, sin ni siquiera interrogar a la investigadora, pero tardó meses en informarla.

Mientras tanto, siguen las declaraciones de Xavier Azalbert y sus amigos sobre el supuesto tráfico de influencia. Y lo hizo últimamente en circunstancias peculiares : el día en que Dominique Costagliola iba de testigo a un juicio entre Didier Raoult y uno de sus críticos.

Os dejo aquí el final del artículo de L’Express, que será lo más sencillo :

De hecho, el sitio ha vuelto a publicar en su cuenta X (ex-Twitter), uno de sus artículos acusando a Dominique Costagliola de tráfico de influencias, el viernes 1ᵉʳ de marzo de 2024. Ese día, el bioestadístico comparecía como testigo en el juicio entre el ex director del IHU de Marsella, Didier Raoult, y Guillaume Limousin, un profesor de matemáticas que lleva denunciando los excesos del microbiólogo desde el inicio de la pandemia.

Además del tuit de FranceSoir, el investigador también fue blanco de las críticas de personas que habían acudido a apoyar a Didier Raoult. En pleno juicio, algunos no dudaron en lanzarle insultos y vulgaridades. Eric Chabrière, por ejemplo, gritó desde el público: «¿Vas a rodar pronto un película con Marc Dutroux (un sádico conocido por haber violado y asesinado varias niñas) ?” Al ser interrogado por el juez, se justificó diciendo que «detrás de él había gente que decía cosas aún peores», según Christian Peltier, abogado de Guillaume Limousin. No fue suficiente para desestabilizar a Dominique Costagliola, que no obstante prestó declaración. Es un recordatorio de que la lucha contra la desinformación médica es agotadora y violenta, y requiere paciencia tanto como valor.

Dominique Costagliola perquisitionnée par le PNF : le récit d’une folle affaire

Para quienes no lo entiendan, Eric Chabrière era el brazo derecho de Didier Raoult en el seno del IHU de Marsella. Un profesor de nivel universitario. Y, desde el inicio de la pandemia, en Twitter, se dedica a insultar y acosar periodistas, científicos, médicos y toda persona que ponga en duda las teorías de Didier Raoult. Y Dominique Costagliola ha sido uno de sus blancos.

Así está el ambiente.

Y recordemos que el IHU de Marsella le sigue pagando a Didier Raoult los gastos de procedimiento por las denuncias que lanzó contra quienes pusieron en evidencia sus chapuzas. Este juicio es sólo uno de ellos.

Pero esto es otro tema, que se merece un artículo par sí solo.